PUNTO DE INFLEXIÓN

Para instalar el modelo de Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales, la clase dominante de nuestro país, los mismos propietarios de bancos, AFPs, Isapres, puertos, tiendas de retail, supermercados, recursos naturales y un tristemente interminable etcétera, utilizó en la época, todos aquellos mecanismos de los cuales dispone – medios de comunicación masiva, lobby, leyes, represión, y un largo etcétera – para mediante una terapia de shock, desarticular las organizaciones a través de las cuales se agrupaban los socios, socias e hinchas en general, haciéndolas quebrar si era necesario, y para finalmente presentarse como la solución a todos aquellos “males endémicos” de nuestro fútbol. Nada de distinto a lo que ha ocurrido con otros rubros del quehacer humano; nada de diferente a como se privatizaron innumerables empresas estatales o a como se destrozaron agrupaciones populares. A este proceso nos referimos cuando hablamos de “Privatización del Fútbol”.

El plan rindió sus frutos: pomposos apellidos como Vial (Colo Colo), Yuraszeck (Universidad de Chile), Cirigliano (Unión San Felipe), Munzenmayer (Deportes Concepción), Goycolea (San Luis de Quillota), entre otros, ingresaron por la puerta ancha de los distintos clubes del fútbol profesional chileno. Otros viejos conocidos, como Abumohor (O’Higgins), Nazur (Santiago Morning) y el propio Lafrentz (Santiago Wanderers), vieron en la naciente época de las S.A. una oportunidad para retornar a una actividad que esta vez les permitiría engrosar aún más sus bolsillos.

Durante largos años, los históricos motores de los clubes, es decir, sus socios e hinchas, parecieron aletargados, sin respuestas políticas ni organizativas frente a la ofensiva de la derecha empresarial. Las Corporaciones, depositarias de la tradición histórica de nuestras instituciones, entraron en una especie de catatonia que no hizo otra cosa que allanarle el terreno a los nuevos administradores. Allí se instalaron dirigentes serviles, que sin pudor ni tapujos colaboraron estrechamente con los millonarios accionistas de las S.A.

Tristemente, Santiago Wanderers no fue la excepción. Una mesa directiva apernada por años se dedicó a facilitar el saqueo al punto que hasta el propio nombre, o sea, la marca “Santiago Wanderers”, le fue entregada en bandeja de plata a la Concesionaria. Las ramas sumidas en el más triste de los abandonos – sólo la rama handball permanecía activa gracias a los esfuerzos de sus propios jugadores, entrenadores y apoderados, en tanto que el Futsal vagaba entre la indefinición de si debía funcionar al alero de la S.A. o de la Corporación, sin tener respuestas claras de una y otra –, la participación de los socios y socias reducida a la más mínima expresión, y la Comunidad Wanderina incapaz de defenderse a sí misma.

Sin embargo, las campanas de alarma sonaron fuerte para los colaboracionistas cuando a fines del 2013, la Asamblea decidió aprobar una reforma de estatutos que significaba un paso adelante en orden a democratizar la Corporación y abrirla a la participación de los socios. Entonces emplearon los mecanismos que antes repudiaron, y pusieron trabas a materializar lo que había sido la expresión de la voluntad de las bases. Así, dilataron la presentación de los nuevos estatutos ante la Secretaría Municipal al punto de conseguir que ésta la rechazara por extemporánea.

No obstante, la sucia maniobra sirvió de chispa para aquellos que hasta allí habían contemplado el proceso desde lejos y de combustible para quienes venían ya trabajando. De este modo, el alzamiento de la gente al interior del Club, permitió dar un salto político, sacando de la testera a quienes habían traicionado los intereses del Pueblo Wanderino y abrió las puertas a nuevos vientos.

Los nuevos Estatutos fueron re aprobados en Mayo, y durante los meses siguientes se reestablecieron los oxidados vínculos con las ramas, dando paso incluso a la creación del Volleyball, disciplina en la que se obtuvieron muy buenos resultados.

Asimismo, se buscaron formas de financiamiento para la institución, de forma tal de no depender de la S.A.; se reactivaron los canales de comunicación con los socios por medio de redes sociales, correo electrónico y asambleas informativas y se fiscalizó activamente a la Concesionaria, quien ya no contó más con terreno libre para hacer y deshacer a su manera. Lo anterior, permitió aumentar – aunque de forma aún insuficiente – los niveles de participación de los socios en la vida institucional de Wanderers.

En Agosto, y en un hecho sin precedentes desde la firma del contrato de concesión, se decidió festejar el Aniversario del Club separadamente de la S.A., llevándolo a uno de los sectores afectados por el mega incendio de Abril, el Pajonal en el Cerro Merced. Wanderers era devuelto así a su gente, los pobladores y trabajadores de Valparaíso.

Entonces, comprobamos lo que ya sospechábamos: el partido de la Corporación era también mirado con interés desde la Sociedad Anónima. Las trabas burocráticas absurdas, el bloqueo al “Socio Hincha”, y las intervenciones indirectas e incluso directas en los asuntos de la Corporación, revelaron las verdaderas intenciones de los actuales administradores del Club. ¿A quién más que a ellos les conviene tener una contraparte sumida en un sueño de 30 años? ¿A quién más que a ellos asusta el despertar de la verdadera depositaria de la tradición histórica del Decano?

Pero más allá de eso, la Corporación logró mostrar a la S.A. y a sus bases, cuál es el rol que puede y debe desempeñar: aglutinar y defender intranzablemente los intereses de los socios, socias e hinchas.
Fue así que salió a presionar por la firma definitiva del dilatado acuerdo de congelamiento de precios de galería entre Intendencia y Wanderers S.A.D.P., cuestión sobre la que pronto debieran haber novedades. Del mismo modo, se cuadró con la hinchada en la exigencia del 5% para los simpatizantes de la visita en la última fecha, e inició y encabezó una campaña popular y mediática en este sentido.

Lamentablemente, el Tribunal Electoral Regional decidió recientemente dejar nula las sanciones aplicadas a la ex mesa directiva y ordenó convocar a una Asamblea que abra un nuevo período de elecciones, cuyo primer llamado se ha realizado para el martes 12 de Febrero a las 18:00 horas. Lo anterior, representa sin duda una derrota desde lo jurídico, pero en ningún caso desde lo político, pues estos aproximados 8 meses han servido para mostrar que es posible contar con una Corporación fuerte, construida y guiada por su gente, activa y capaz de salir en defensa de nuestra gente. Estamos convencidos que serán las bases caturras las que de ahora en más exigirán de sus dirigencias no menos que eso y que, más importante aún, se pondrán de lleno a trabajar en esta tarea.

Como Movimiento 15 de Agosto, más allá de nuestros errores y aciertos, el compromiso ha sido desde nuestro acto fundacional siempre el mismo: trabajar arduamente y sin tregua para devolver nuestro Club a las manos de sus verdaderos y legítimos dueños, esto es, a sus socios, socias e hinchas.

Empero, sabemos que aquello no se consigue de un día para otro, y que para esto debemos primero robustecer a nuestra Corporación. Además, somos plenamente conscientes que para cumplir con esta tarea se requiere necesariamente de la suma de otros actores, que al igual que a nosotros, los mueve un profundo amor por Wanderers y su gente y comparten la visión sobre el rol que debe tener la Corporación. Estamos claros que cualquier triunfo sólo es posible si las masas Wanderinas se vuelcan con toda sus fuerzas a esta tarea.

Pero así también, confiamos plenamente en que el 2014 ha significado un punto de inflexión para el hincha y socio caturro, creemos en su capacidad transformadora, y vemos con confianza como los que ayer fueron loables esfuerzos individuales, hoy comienzan a articularse en torno a la Corporación. Definitivamente, el Pueblo Wanderino e incluso la Sociedad Anónima pueden estar seguros que de aquí en más, ya nada será igual.