Pierden los jugadores, pierde el club, ganan los dirigentes: Los problemas al interior del fútbol formativo del Decano que repercuten en la proyección de los jóvenes valores.

        Terminado el campeonato de Clausura 2014-2015 Santiago Wanderers completa una de sus peores campañas en el último tiempo, sin embargo ante el nulo peligro de descender a Primera B y el gran rendimiento logrado en el torneo anterior las críticas contra el cuerpo técnico no abundan como antaño y los dardos de los hinchas van dirigidos hacia la Sociedad Anónima que administra el club.

     Finalizado el año 2014, tanto Emiliano Astorga como sus jugadores solicitaban a los dirigentes la llegada de refuerzos para afrontar de buena manera el 2015. Urgía la necesidad de alternativas en un plantel corto, en el cual no más de 13 jugadores se habían llevado el peso de una campaña desgastante, arriesgando su integridad física con tal de mantener el equipo titular.

        Como era de esperar los dirigentes le dieron la espalda al plantel y al cuerpo técnico y no se trajeron a los jugadores que se solicitaron, trayendo como resultado una penosa campaña en la cual muchos de los titulares del torneo pasado terminaron por reventar, ausentándose del equipo titular durante gran parte de la campaña.

       Si no están los titulares se debe echar mano a los suplentes, en este caso jugadores en su gran mayoría menores de 22 años provenientes de las divisiones inferiores del club. Todos con una gran carrera en las series juveniles, figuras de los campeonatos de la categoría por su talento y entrega, sin embargo al llegar al primer equipo su situación cambia radicalmente.

       ¿Por qué nuestros jugadores no logran acoplarse al primer equipo como en otros clubes del país? ¿Por qué desde Sebastián Ubilla y Carlos Muñoz no tenemos un jugador de inferiores que destaque en el torneo profesional? Al parecer sólo los arqueros se salvarían de esta crítica, específicamente con el caso de Gabriel Castellón.

      La respuesta más fácil es culpar a los jugadores, pero esto perdería fundamento al momento de revisar su rendimiento en los campeonatos juveniles, en los cuales fueron figuras y por ello lograron quedarse en el plantel de honor. Resulta curioso que sus rivales en las categorías menores puedan acoplarse mejor que los wanderinos en sus planteles profesionales, cuando hace unos años eran derrotados por los mismos.

          El problema claramente va más allá del jugador y dice relación con el trabajo formativo de Santiago Wanderers desde la llegada de la Sociedad Anónima, con especial culpa del hombre encargado de esta área: Héctor Robles.

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Fuente: Eseaene.cl

      Desde que el ex capitán caturro llegó a hacerse cargo del fútbol formativo del Decano, cada vez menos jugadores provenientes de las divisiones inferiores son protagonistas del primer equipo, y cuando les toca jugar tampoco cumplen con las expectativas. Las razones de esto, se profundizan a continuación:

      En primer lugar tenemos un tema físico. La Sociedad Anónima se llena la boca hablando de un club formador, sin embargo los juveniles no cuentan con un trabajo físico integral que permita su óptimo desarrollo para la alta competencia. Lo mínimo que podría esperarse de un club que se dice formador es contar con un casino con alimentación especial para sus jugadores, pero acá más allá de asesorías particulares para evitar el sobrepeso, se deja a los jóvenes abandonados a su suerte. Los resultados están a la vista, la diferencia física con rivales profesionales es abismante.

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Fuente: Eseaene.cl

   En segundo lugar tenemos la comunicación entre el primer equipo y las divisiones inferiores. Si se quiere ser un club formador, que apuesta a tener planteles conformados en su mayoría por hombres de casa, debe existir un trabajo coordinado entre todas las series del club y todos los trabajadores que participan de ellas. La figura del “Jefe de Divisiones Inferiores” adquiere el papel protagónico en este escenario.

        Por desgracia esta figura protagónica y esencial, en Santiago Wanderers, le corresponde a Héctor Robles. Una persona que no sabe lo que es el trabajo en equipo, abusando de su autoridad respecto a los demás trabajadores del fútbol joven, involucrándose en el trabajo de los demás técnicos al punto de imponer sus términos y desechar a quienes no estén de acuerdo de con ellos. Más que un apoyo, se convierte en un estorbo.

       Robles, se autoadjudica una superioridad moral por ser, según él, más wanderino que el resto. Pero no tiene problemas en llenar nuestras divisiones inferiores de jugadores desechados por equipos de la capital, tapando a aquellos de casa que vienen haciendo el camino largo. Por lo demás, ninguno de sus “apitutados” ha logrado tampoco destacar, por lo que su presencia en el club obedece más a favores y contactos que a mérito y rendimiento, como debería ser en un club que se dice formador.

      Leonardo Vinés, el último técnico que formó jugadores que llegaron a participar con éxito del primer equipo y reconocido por sus dirigidos como un gran formador, ya que no sólo se preocupaba del partido del fin de semana, sino de todo lo que conlleva el proceso de maduración de un jugador de fútbol, partió de Santiago Wanderers por decisión de Héctor Robles. Hoy dirige la sub-19 de Everton, equipo que hasta algunos meses no tenía mayor proyección, ni ambición en el campeonato, pero que hoy se encuentra frente a una exitosa campaña que no se veía hace tiempo.

        Ruperto Rojas, quien formara a los arqueros del Decano de los últimos 15 años, luego de que Juan Olivares por su edad debió tomar un rol secundario, también se fue de Santiago Wanderers por decisión de Héctor Robles. El responsable de que hoy el Decano tenga el puesto de arquero asegurado por largos años con gente de casa, fue despedido del club.

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Fuente: Eseaene.cl

     Algunos justifican su labor por los campeonatos sub-14 y sub-19 del año 2013, argumento con poco peso si tomamos en cuenta que las series juveniles de Santiago Wanderers constantemente están llegando a instancias finales.

     La verdadera razón de la continuidad de Robles y de las grandes atribuciones que posee en el club, pese a ni siquiera acercarse a los resultados esperados de un club que se dice formador, tiene mayor relación con una postura servil hacia los dirigentes. La Sociedad Anónima encontró a una persona conocida en el mundo wanderino que responde ciegamente a sus designios, por lo tanto pueden estar tranquilos en que desde el fútbol joven no serán molestados por su falta de compromiso con el trabajo formativo. Tienen un títere que se encargará de marcar el paso y eliminar a cualquiera que perturbe este ambiente. Pierden los jugadores, pierde el club, ganan los dirigentes.

    Finalmente este 2015 se concretó el regreso de Juan Gutiérrez, un personaje que ya estuvo en Santiago Wanderers con buenos resultados, pero que dejó el trabajo abandonado para partir a una institución que le ofrecía un mejor sueldo, repetiría lo mismo unos años después. Vuelve una persona que puede tener grandes conocimientos en el área del fútbol formativo, pero que no da ninguna confianza para realizar un trabajo a largo plazo. Además  resulta imposible no pensar que llega en la misma línea de Héctor Robles, un títere que se encargue de maquillar las carencias y sólo comunicar buenas noticias, destacando el gran trabajo que se realiza en Santiago Wanderers en sus series juveniles.

      Este gran trabajo del que hablan nuestros dirigentes, hoy nos tiene con un plantel en el cual el técnico de la adulta sólo puede confiar en 13 o 15 jugadores, porque aquellos que vienen desde el fútbol joven no logran rendir como lo hacen sus contemporáneos en los diversos clubes de primera división. La culpa no la tienen ellos, sino los que no fueron capaces de convertir jóvenes talentosos en jugadores profesionales.

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3 Responses to Pierden los jugadores, pierde el club, ganan los dirigentes: Los problemas al interior del fútbol formativo del Decano que repercuten en la proyección de los jóvenes valores.

  1. Pingback: Movimiento 15 de Agosto

  2. Muy interesante su columna , pero creo que olvida un gran problema que afecta a Santiago Wanderers desde hace muchos años , exactamente desde que la sadp secuestró al decano .

    Los satánicos instauraron la política de los préstamos para nutrir al primer equipo, política que se olvida del trabajo formativo y ayuda sin mayores costos a SOBREVIVIR en el fútbol profesional y ese es el gran problema del porque no tenemos figuras jóvenes exportables.
    Analice los últimos 8 años y se encontrarán con que la columna vertebral de cada equipo presentado en los diferentes torneos , sólo se han conformado con jugadores que han llegado a préstamo o que han arrendado sus pases al decano, pero ninguno de ellos nos ha dejado réditos al término de su participación y ese aspecto se marcó mucho mas , cuando llegó un técnico como Astorga, que acertó en traer a esos jugadores que llagaban a préstamo, como a Jorge Luna , o Roberto Gutierrez , entre otros , pero que apenas terminó la temporada, se fueron o se están yendo sin ningún beneficio para el decano. Saludos y ya me alargué demasiado , aunque para analizar este punto , me falta tiempo y espacio.

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