Columna Deportiva: S.Wanderers / D.Iquique

El sábado pasado en el Estadio Nicolás Chahuán de La Calera se vivió el encuentro entre Santiago Wanderers de Valparaíso y Deportes Iquique, válido por la séptima fecha del Torneo de Apertura. Ambos elencos llegaban con la necesidad de ganar, el rival quería extender su buena campaña que los tiene peleando en la parte alta del campeonato y el Decano, luego del importante punto obtenido en el Estadio Nacional, buscaba despegar en el torneo y saborear la victoria.

Entendiendo que se acerca la mitad del campeonato, en la previa el técnico caturro Ivo Basay describía el pleito como un partido bisagra, el que frente a un rival relativamente accesible podía sacarnos de los últimos lugares e instalarnos en los puestos de avanzada. Pues bien, nada de eso sucedió, ya que con un bajísimo nivel futbolístico, sin ideas y sin actitud de lucha, salvo contadas excepciones, el conjunto de Valparaíso perdió categóricamente por 2 tantos a 0.

 El primer tiempo del partido fue, como nos tiene acostumbrados el Decano, para quedarse dormidos. Con posesión del balón, pero sin argumentos ni individuales, ni colectivos el cuadro porteño no logró llegar con peligro a la portería de Rodrigo Naranjo. Parecía que nuevamente se salía a la cancha a especular, tantear el terreno y esperar el error rival que nunca llegó.

 Al correr los minutos, Deportes Iquique se dio cuenta que Santiago Wanderers no lastimaba y decidió jugar sus opciones, y de la mano del “Rengo” Díaz comenzó a tomar el protagonismo del partido, ganándole el medio campo y la posesión del balón a un bajísimo Leandro Torres y a un irreconocible Jefferson Castillo. Por las bandas también comenzó a llegar peligro a la portería de Mauricio Viana, uno de los pocos que se pueden rescatar en el cuadro local, pues Nelson Rebolledo – quien sonó en Wanderers a principios del campeonato – y Álvaro Ormeño fueron constantes generadores de riesgo para la zaga caturra. De esta manera, los dirigidos por el “Pillo” Vera lograrían concretar sus amenazas justo antes que el primer tiempo expirara, gracias a Manuel Villalobos, quien tras una gran habilitación que lo dejó en posición de gol, vio adelantado a Mauricio Viana y con mucha clase y gran jerarquía, logró abrir la cuenta con un globito en el minuto 44 y dar la ventaja para la visita.

 Para la segunda mitad,  Wanderers saldría con todo en busca del empate, el técnico Ivo Basay dispuso el ingreso de Matias Donoso por un intrascendente Gastón Cellerino y de Boris Sagredo para retomar el control del mediocampo perdido por Leandro Torres. El Decano despertaba y comenzaba a elaborar jugadas colectivas que generaron peligro, pero esta vez a diferencia de partidos pasados, las ocasiones no se concretaron en gol. Fue justo en los mejores minutos del cuadro porteño, cuando un inspirado Manuel Villalobos, anotaría su segundo tanto personal a los 55, decretando el 2-0 que a la postre sería el resultado definitivo.

 De ahí en más, el cuadro porteño desapareció y si bien, tenía la posesión del balón, no lograron nunca tener la profundidad necesaria para un descuento. Valorable es el esfuerzo de Marco Sebastián Pol que nuevamente se ganó los aplausos de la hinchada por su actitud de juego al luchar cada pelota como si fuera la última. Finalmente, quedó la sensación de que el cuadro nortino estuvo más cerca de un tercer tanto, que Wanderers del descuento.

 Mientras tanto en la galería, la hinchada cansada de malos resultados y de no poder disfrutar de un triunfo en condición de local, reaccionaba con cánticos contra el entrenador Ivo Basay exigiendo la salida inmediata del cuerpo técnico y demandando mayor entrega por parte de algunos jugadores, sobre todo pensando en la proximidad de una nueva versión del clásico porteño.

 Se comienzan acabar las excusas, esta vez el árbitro no incidió en el resultado final y la cancha se encontraba en mejores condiciones que en el partido pasado. Si bien, esta vez a la salida del camarín el técnico Basay dio la cara –respondiendo a las instrucciones dadas por la dirigencia, luego de su silencio tras el polémico error en el partido contra Ohiggins-  lejos de manifestar autocrítica, explicaciones y cuestionamientos futbolísticos, se encargó de reprochar la actitud de sus jugadores, ya que para él el regalar los primeros tiempos y el no saber reaccionar pasan por una cuestión psicológica y de actitud, pues se les complica mucho jugar de local, tanto por la condición de la cancha como también por la presión de parte de los hinchas.

Preocupación e incertidumbre queda en el ambiente, pues con este resultado el Decano queda en los últimos lugares de la tabla de posiciones y si bien, este campeonato no conlleva un descenso directo, si es preocupante el bajo nivel de juego y reacción de los jugadores, a quienes las derrotas parecieran no dolerles.  Pronto se viene el clásico y es de esperar que no seamos los protagonistas de un nuevo papelón histórico para nuestra institución, ya ha sido suficiente con el daño que este cuerpo técnico, que cuentan con el respaldo y complacencia de los dirigentes, le ha hecho a nuestro club.

 

Fuente Imagen: Awante.cl

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