“El deporte no es sólo de los deportistas”: El perfil de la Nueva Ministra del Deporte.

El pasado viernes 24 de Enero la presidenta electa Michelle Bachelet dio a conocer los nombres de quienes conformarán su gabinete.  Si bien, las portadas y las noticias se las llevaron aquellos que ocupan cargos en Ministerios más conflictivos o políticos, no deja de sorprender que en el Ministerio del Deporte se haya optado por la psicóloga Natalia Riffo.

Riffo de 42 años, es independiente ligada al Movimiento Amplio Social (MAS), proveniente de Concepción es especialista en temas de Seguridad Ciudadana y cuenta con un Magíster en Criminología y Seguridad. Es justamente en estos ámbitos ligados a la seguridad, ajenos al deporte, en donde la profesional se ha desempeñado desde el año 2008. Durante 3 años fue directora del Programa de Áreas Metropolitanas Vulnerables, correspondiente a la Intendencia de Santiago, en ese periodo trabajó especialmente de cerca en el sector de La Legua. El 2011, pasó a formar parte del Ministerio del Interior, haciéndose cargo del Programa de Seguridad Ciudadana “Barrio  Crítico”. Desde febrero del 2013 trabaja como Asesora Territorial de la Dirección de Seguridad de la Municipalidad de Santiago, en donde hizo muy buenas migas con la alcaldesa de la comuna, Carolina  Tohá.

Con este currículum es lógico que las críticas comenzaran a llegar. ¿Qué es lo que pretende Bachelet colocando a una psicóloga, sin experiencia en el deporte, en el más alto cargo de la política deportiva nacional? De buenas a primeras, la respuesta pareciera obvia (dejando a un lado el clásico “por pituto” y las explicaciones de la designación por un tema de paridad de género y  de confianza): con una experta en Seguridad Pública se pretende enfocar la política deportiva hacía aquellos temas relacionados con el espectáculo deportivo, la seguridad ciudadana y el control de las masas. De esta manera, pareciera que Bachelet pretende darle continuidad a las políticas de represión de masas y criminalización del hincha, surgidas bajo el gobierno de Sebastián Piñera. La elección de una profesional con este perfil (recordemos que fuera quedaron nombres como Harold Mayne Nicholls, Jaime Pizarro y hasta Carlos Caszely), nos genera preocupación en varios aspectos:

En primer lugar, parece claro que en la política deportiva que Riffo llevará a cabo en el  Ministerio la prioridad no la tendrán los problemas que para la gente ligada al deporte parecen ser más relevantes: a una lado queda la promoción y difusión del deporte, la administración y planificación  deportiva, los problemas con las federaciones y la corrupción existente, el financiamiento a proyectos deportivos, el apoyo al deporte de alto rendimiento, las evaluaciones de los programas que potencian la competencia deportiva (ADO, C.E.T., etc.), los recursos para levantamiento de infraestructura (CEO, CAR, etc.), fomentar la investigación y el estudio sobre la actividad física, entre otros problemas que son de público conocimiento.

Por otro lado, el problema de la violencia y la seguridad ciudadana son asuntos relacionados casi única y exclusivamente con el fútbol, ¿qué pasa con los otros deportes? La gran mayoría de los problemas que tiene el Deporte Chileno actual tienen relación con cuestiones de administración, gestión y falta de políticas públicas, para ello es fundamental que quien encabece el Ministerio tenga además de conocimientos, experiencia y cercanía con el mundo deportivo nacional. Cuestión de la que Natalia Riffo carece.

Desde otra perspectiva, pareciera ser que estas problemáticas son preocupaciones del Ministerio del  Interior y las Intendencias respectivas (lugares en donde Riffo trabajó). El Ministerio del Deporte creado recién el año pasado, tiene como objetivo “Proponer y evaluar la Política Nacional del Deporte, asesorando directamente al Presidente de la República en la materia, formulando programas para el desarrollo de la actividad física en la población y para el alto rendimiento” (www.ind.cl). De acuerdo a esto,  para lograr un desarrollo integral del Deporte, el Ministerio se afirma principalmente en 2 pilares: el deporte de alto rendimiento (deporte como fin) y el deporte para todos (deporte como un medio asistencialista: para mejorar la salud, los estados de vulnerabilidad, la pobreza, etc.). Por donde se mire, en las funciones y los detalles de los objetivos del Ministerio no se encuentra la preocupación por temas relacionados con la violencia y la seguridad pública.

Entendiendo esto, la nueva Ministra salió al paso de las críticas y cuestionamientos, defendiendo su nominación, pues considera que su conocimiento del tema barrial, comunitario y la intersectorialidad son suficientes para dirigir el deporte nacional. Asimismo, cree que “es bueno que la gente esté preocupada porque así podemos construir entre todos. El deporte no es sólo de los deportistas. Queremos llegar a toda la gente, ver como promovemos el deporte como un eje transversal”  (La Tercera, el 26 de enero 2014).

De acuerdo a estas declaraciones, entendemos que es también parte de su preocupación la utilización del deporte como medio. Mismo objetivo que ha tenido el IND durante años, y frente a lo cual se ha avanzado bastante, a través de la elaboración de programas y políticas que apuntan al fomento de la recreación y el deporte en los barrios y en la ciudad (Elige vivir sano, Tour IND, etc.). La valoración creciente de la actividad física y deportiva en la sociedad chilena se ve claramente reflejada en el constante aumento de los niveles de participación ciudadana y en un interés transversal de la población, sin distinción, por sumarse a los beneficios que implica la práctica física. Nunca en la historia se ha visto tanta corrida, zumbatón, cicletadas y deporte en las ciudades. Por supuesto que hay que continuar avanzando, pero la preocupación sigue estando en el deporte federativo, en nuestros deportistas profesionales, en esos abandonados que constantemente piden limosnas a empresarios por televisión para poder desarrollar su talento. La experiencia nos indica (con esto es imposible no pensar en el ejemplo de Barcelona con las Olimpiadas del 92) que el mejor motivador en los jóvenes y niños de todas las clases sociales, es por una parte la creación de infraestructura, pero también lo es el éxito deportivo. Los deportistas exitosos y los ídolos deportivos son, querámoslo o no, los mejores modelos para la promoción y fomento de un determinado deporte. Esta arista no se debe olvidar ni dejar a un lado si queremos proyectar un desarrollo integral del deporte y es justamente aquí donde Riffo carece de competencia profesional.

Finalmente, seguiremos esperando que alguna vez el deporte sea una de las prioridades de este país que poco y nada invierte en él, para ello es fundamental que personas que entienden la realidad deportiva ocupen los cargos más importantes. De todas maneras, esperamos que Natalia Riffo no se estrese y nos tape la boca, elaborando políticas deportivas integrales, a quienes de buenas a primeras no confiamos en su futura gestión.

ministra

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