El ocaso de la Comunidad Wanderina Unida: Lo esencial es invisible a los ojos.

Corría enero del 2015 y tras un negativo fallo del Tribunal Electoral (y sí, la justicia siempre determina a favor de quienes ostentan el poder) quedaba paralizado todo el trabajo acumulado de años anteriores, que incluía un cambio de Estatutos y un Directorio de Transición. Ambos espacios apuntaban, tanto desde el espíritu y la motivación, como también del trabajo, al fortalecimiento de la Corporación Santiago Wanderers, avanzando en participación y democratización, pero también en que ésta fuera visualizada como el legítimo espacio de reunión y defensa de los derechos de los socios y socias.

El Tribunal Electoral señalaba que teníamos que comenzar desde el principio, pero esta vez teniendo claridades y experiencia de cómo funcionan las instituciones. Aprendiendo de nuestros errores y teniendo siempre como objetivo la recuperación del club por delante, abrimos nuestro propio espacio de trabajo e invitamos a conversar a voces que llevaban años ahí, interesadas, pero que materialmente no habíamos logrado sumar, naciendo así la Comunidad Wanderina Unida.

Comenzamos trabajando en torno a la Corporación Wanderers que queríamos construir, así fuimos dejando atrás diferencias pasadas y desconfianzas, y nos dedicamos a trabajar sobre aquello que nos une, y es que todos y todas queremos lo mejor para Santiago Wanderers. Se realizaron una decena de reuniones para diseñar un programa de trabajo que indicaba actividades y desafíos en diferentes áreas, deportes, cultura, proyectos, comunicaciones, etc., soñamos en conjunto el Wanderers que queremos legar para nuestros hijos y para nuestros nietos.

Así, fuimos allanando el camino para enfrentar el también importante desafío institucional y las elecciones totales que venían por delante. Es por ello que conformamos una lista y jugamos nuestras cartas para enfrentar lo que serían las Elecciones Totales de Directorio del año 2015. Armamos un equipo y un programa de trabajo participativo, realizamos una campaña activa por años no vista en torno a nuevas ideas para el club y nos pusimos el overol para trabajar codo a codo con todo aquél que sintiera la motivación de contribuir en vías del fortalecimiento y la transformación de la Corporación en una institución participativa, solidaria y moderna.

“Comunidad Wanderina Unida arrasó en elecciones” titulaba El Mercurio el domingo 10 de mayo del 2015, ya que la coalición logró quedarse con las primeras 5 mayorías de 9 cupos en una elección en donde participaron 345 socios y socias, la votación más alta desde la Concesión del club (año 2008). De esta manera, la mesa quedaba conformada por Mario Oyer como Presidente, Jetrick Almarza como Vicepresidente, Constanza Peña como Segunda Vicepresidenta, Felipe Uriarte como Secretario y Humberto Cuevas como Tesorero.

Fue un año de trabajo en donde logramos avanzar hacia la Corporación que nos planteamos mediante dos caminos. El primero de ellos tiene que ver con lo interno, y es que logramos dotar de estructura a la Corporación, principalmente en lo referido a la conformación de áreas de trabajo que son espacios de participación activa y directa de socios e hinchas, a la vez que avanzamos en asegurar la economía de la casa, fiscalizar, transparentar y ordenar las deudas y los problemas financieros que venían de gestiones anteriores. El segundo camino recorrido dice relación con lo externo y la relación de la institución con otros espacios de poder y de trabajo. Fue así que logramos instalarnos con voz fuerte al interior del Directorio de la Sociedad Anónima, haciendo respetar los derechos de los socios y socias y pensando siempre en el bienestar mayor del club. Con la Gobernación, Intendencia y medios de comunicación, entre otros, se afiataron las tareas conjuntas y la Corporación comenzó a ser vista después de muchos años como lo que realmente es, la verdadera representante del pueblo wanderino.

Sin embargo, no todo es color verde y en este andar nuestra propia organización, el Movimiento 15 de Agosto, sufrió un quiebre político en su interior y tuvimos que ser protagonistas de la despedida de algunos de nuestros compañeros de ideas y batallas. A pesar de ellos, se decidió continuar la labor de la Comunidad Wanderina Unida pues aún quedaba gran parte del programa de trabajo por desarrollar y debimos hacer frente en conjunto a un nuevo proceso eleccionario.

Con un piso institucional más sólido pero herido en niveles personales logramos de todas maneras sacar adelante una campaña y una elección que dio como resultado la renovación de 4 cupos del directorio, quedando éste completamente gestionado por la Comunidad Wanderina Unida.

Ya no quedaban excusas, el fortalecimiento de la Corporación no podía esperar y debíamos trabajar en pos de aquello y así lo hicimos. Errores se cometieron, sobretodo en cuanto a lo económico y el desorden administrativo evidenciado en nuestras últimas asambleas, pero esto se trata de ensayo y error, y el objetivo es también adquirir experiencia para avanzar hacia la recuperación del club. Mejor es probar, tratar, equivocarse, reivindicarse y no rendirse ahora que cuando nos toque administrar el fútbol profesional del Decano nuevamente.

Parte de esa experiencia fue comprender que en realidad más allá de las buenas intenciones y los mejores deseos, el objetivo de la Comunidad Wanderina Unida fue solamente ser una plataforma electoral. Las diferencias previas a su conformación se lograron ocultar bajo la alfombra pero seguían vivas y latentes, transformando la gestión en una tarea tensa y agotadora. Luego de las parciales y tras larguísimos meses la CWU nunca volvió a reunirse y tampoco se logró concretar una evaluación del camino trazado.

La acción política es compleja, las intenciones y motivaciones que mueven a las personas se tergiversan a menudo enfrentando egos y carreras políticas personales, los métodos y caminos también son distintos y nosotros no podemos trabajar al filo de la moralidad, porque Wanderers no es un juego que queramos disputar, nosotros lo queremos recuperar.

En ese andar, a fines de junio y por redes sociales nos enteramos que se había conformado una nueva lista, a espaldas del Movimiento 15 de agosto y de quienes conformaban parte de la mesa directiva de la Corporación. Luego de un par de correos electrónicos solicitando reunirnos para evaluar y finalizar el proyecto en común, nos dimos cuenta que en realidad no existía la voluntad para dar por cerrada públicamente una plataforma por todos juntos creadas.

Es por ello que a través de estas palabras nos proponemos hoy dar término a la Comunidad Wanderina Unida explicando su historia, sus motivos y sus diferencias. Damos las gracias por demostrar en estos 2 años quienes son, durante el trabajo nos hemos dado cuenta con quien dialogamos, y cuáles son sus principales ideas y acciones motivadoras. Damos las gracias también a quienes se hayan animado a leer este cierre, probablemente parezca una lata pero es también nuestra responsabilidad ir de frente, siendo sinceros con todos aquellos que confiaron en la Comunidad Wanderina Unida y nos entregaron su apoyo durante estos años.

Tenemos la certeza de que Santiago Wanderers volverá a ser grande y que el futuro es mejor que el ahora. Y eso pasará por la pega de cada día, pasará por creer que es posible hacer las cosas imposibles, que no necesitamos tantos discursos ni anuncios que mueren en eso, necesitamos enunciar menos y trabajar más, esa es la tarea que nos queda.  Así también, creemos que siempre es posible a pesar de las caras seguir soñando, siempre es posible construir algo aquí o en cualquier lugar del planeta y por eso nos la seguiremos jugando.

Wanderers cumple en agosto 125 años, los 10 que va a cumplir la Sociedad Anónima, los 2 que duró la Comunidad Wanderina Unida o los 4 que tiene en su espalda el Movimiento 15 de agosto no son nada comparado con la grandeza y la historia de nuestra institución. Nosotros seguiremos soñando lo imposible y en buena lid continuaremos trabajando hasta la recuperación del club para la gente. No queremos que nos pille la muerte sin haber construido un mejor Wanderers para el Valparaíso de nuestros hijos y nietos.

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